lunes, 24 de septiembre de 2007

Olympia











…Há uns dias atrás, quando subia a casa do Spalanzani, observei que uns cortinados que normalmente cobrem uma porta de cristal, estavam um pouco separados (…) Ignoro como me encontrei a mim mesmo a olhar através do vidro. Uma mulher alta, esguia, de harmoniosa silhueta, magnificamente vestida, estava sentada com as mãos apoiadas sobre uma mesinha. Estava frente à porta, e, assim, pude contemplar o seu rosto arrebatador (…) Os seus olhos estavam fixos, pareciam não ver, era como se estivesse a dormir de olhos abertos (…) Depois vim a saber que a pessoa que tinha visto era Olympia, a filha do Spalanzani, que este guarda com zelo, de forma a que ninguém se possa aproximar dela.

Esta medida deve ocultar algum mistério…

E.T.A. Hoffmann, O Homem da Areia

...Hace unos días, subiendo a su apartamento, observé que una cortina que habitualmente cubre una puerta de cristal estaba un poco separada. Ignoro yo mismo cómo me encontré mirando a través del cristal. Una mujer alta, muy delgada, de armoniosa silueta, magníficamente vestida, estaba sentada con sus manos apoyadas en una mesa pequeña. Estaba situada frente a la puerta, y de este modo pude contemplar su rostro arrebatador. (…) y sus ojos estaban fijos, parecían no ver; era como si durmiera con los ojos abiertos. (…)Más tarde supe que la persona que había visto era la hija de Spalanzani, llamada Olimpia, a la que éste guarda con celo, de forma que nadie puede acercarse a ella.

Esta medida debe ocultar algún misterio...

E.T.A. Hoffmann, El Hombre de la Arena

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